La talla de la Virgen de los Remedios es pequeña y está sentada de frente, como dirigiéndose siempre a su pueblo, en actitud de escucha y de diálogo hacia sus devotos. Su policromía la representa vestida con una túnica, tirada hacia abajo; el manto, a modo de capa romana, está cerrado con una joya a manera de broche; una toca rodea su cabeza y le cae hasta los hombros; su calzado es puntiagudo. El Niño, también de frente, está sentado sobre su rodilla, y está vestido de modo semejante al de la Madre, con los pies descalzos; levanta los dedos índice y medio de la mano derecha en actitud de bendecir, mientras con la mano izquierda sostiene un libro que simboliza el Evangelio, su Buena Noticia, el Libro de la Vida. Son dos tallas de madera policromada al estilo y usos de Castilla, con los detalles que poseen las imágenes de finales del siglo XIII.

 

Está sentada sobre un taburete, con expresión dulce; su túnica forma hondos pliegues entre sus rodillas. Presenta en su mano derecha un pomo odorífero que simboliza el pecado original; la decoración de sus vestidos es muy rica. El Niño está sentado sobre la rodilla izquierda de la Madre. Todo esto es propio del siglo XIII. En el siglo XII las imágenes de Nuestra Señora eran pequeñas; aparecían sentadas de frente en un sillón y no en un taburete, y manteniendo un aspecto grave y rígido; en la mano tenían una manzana y no un pomo; y se encontraban más pobremente decoradas que la de Remedios, y con el Niño sentado en el centro de la Madre, entre las dos rodillas.

Estos datos nos llevan a la conclusión de que nos encontramos con una escultura románica, perteneciente a finales del siglo XII o principios del XIII, por tener los caracteres propios de las imágenes de esa época.

La Imagen de la Virgen de los Remedios, de la que se conservan las fotos anteriores a 1914, estaba constituida por un rostro y unas manos, siendo el resto del cuerpo un armazón de madera que se cubría con ricos mantos de tela y con una espléndida corona. En 1914, siendo párroco de Colmenar Viejo don Agustín Ruiz de Villarrubia, se llevó a restaurar la imagen a los talleres Granda de Madrid. De esa restauración volvió la actual imagen, que por los datos que se tienen estaba oculta dentro del armazón de la Virgen de los Remedios. Se halló esta joya y se restauró con los criterios del momento y los del sacerdote y restaurador don Félix Granda Buylla. Al pueblo de Colmenar le costó en principio aceptar esta imagen más primitiva y desconocida para él. Don Agustín juró solemnemente delante del pueblo que ésa era la imagen de Nuestra Señora de los Remedios. A partir de entonces su culto creció de modo espectacular, y el amor de los colmenareños por la Imagen de Nuestra Señora de los Remedios ha sido y es impresionante hasta nuestros días.

La Imagen de la Virgen está colocada sobre una peana de plata repujada con varias grecas, sobresaliendo los castillos y los leones. En la parte posterior mantiene grabada una inscripción latina que, traducida al castellano, dice: «Esta hermosa y antigua efigie de la Bienaventurada Virgen María de los Remedios, siendo Pontífice Máximo Pío X; José María Salvador y Barrera, Obispo de Madrid-Alcalá; Agustín Ruiz Villarrubia, Párroco Arcipreste; con el trabajo y estudio de D. Félix Granda Buylla, fue restaurada en su forma primitiva, a instancia de los habitantes de Colmenar Viejo, y dedicada de nuevo al culto el día 31 de mayo de 1914.»

La restauración de 1914 retocó su rostro, aportándonos la belleza y serenidad de la actual Imagen, que nos recuerda a las más bellas serranas. Los dibujos de sus vestidos fueron tomados por don Félix Granda de unos restos de casullas del s. XIII existentes en Roma.

Colmenar Viejo, 30 de junio de 2006. Antonio García Rubio. Párroco de la Asunción de Nuestra Señora.